Norma BRC (British Retail Consortium) V.6

La norma BRC (British Retail Consortium) es un sistema de seguridad alimentaria desarrollado por la distribución minorista británica. Básicamente surgió como necesidad de desarrollar una norma uniforme de calidad y seguridad alimentaria, entre los factores más determinantes para ello destacamos las demandas de los consumidores, la responsabilidad cada vez mayor de los distribuidores, el incremento de requisitos legales y la globalización del suministro de productos.

Es una norma específica para la industria agroalimentaria, siendo sólo aplicable a compañías fabricantes o envasadoras de productos alimenticios, es decir, la norma BRC sólo puede aplicarse cuando se procesa un producto o cuando existe un peligro de contaminación de un producto durante el proceso de envasado primario. Para compañías que sólo realicen transporte, almacenamiento y distribución se ha desarrollado la Norma Mundial de Almacenamiento y Distribución, más enfocada en estas actividades.

 

Los principales cambios de la nueva versión son:

  • Se ha introducido un código de colores en los requisitos de la norma. Esto proporciona una guía para los auditores en aquellas áreas que se esperan que sean auditadas sin previo aviso.
  • Se han fusionado muchos de los requisitos que antes estaban por separado.
  • Se han reorganizado requisitos antes expuestos en diferentes apartados y se han juntado en un mismo apartado.
  • En cuanto al apartado del APPCC, los requisitos se basan, de igual manera, en la aceptación del Codex Alimentarius, los principios no han cambiado. Aquí la excepción son los programas de requisitos previos que se han introducido para mostrar la relación entre estos y el proceso del APPCC. Esto requiere que los programas existentes estén documentados.
  • La gestión de los riesgos de los productos de contaminación química y física y los métodos para la detección y extracción de cuerpos extraños siempre ha tenido un peso importante en la norma, en esta nueva versión los riesgos se han ampliado de forma considerable para garantizar un enfoque coherente.

En lo referente al control de  plagas, la nueva versión ofrece una mayor claridad en las expectativas del lugar donde se lleva a cabo el control, hay nuevos requisitos en las encuestas referentes a los productos para el control de plagas.

  • Los requisitos para el almacenamiento, envío y transporte se han dividido en dos secciones y se han añadido más detalles a los controles de los vehículos de transporte.
  • Las zonas fuera de las instalaciones de almacenamiento pero dentro de la propiedad de la empresa deberán incluirse en las auditorías.
  • Los alérgenos aún son causa de retiro de productos del mercado. En este aspecto, la norma se ha revisado para asegurar que las principales causas de retiro se atienden de forma plena.
  • La interacción entre los alimentos y los envases que los contiene es también un nuevo requisito. La nueva versión pide requisitos relativos a los certificados de conformidad para los envases y obliga al intercambio de información sobre las características del producto y su uso para permitir que el embalaje sea adecuado.
  • En cuanto a formación, los trabajadores temporales deberán estar capacitados y ser conscientes de las normas de higiene de cada sitio. Por tanto, la nueva norma exige registros de capacitación del personal llevado a cabo por entidades capacitadas.
  • Los requisitos para la higiene personal se han simplificado para que resulten más claros. No está permitido el uso de joyas, aunque estas sean lisas, ni en las manos ni en las muñecas o brazos dentro del área de producción.

Uno de los puntos fuertes de la nueva versión es exigir la mejora constante de los procedimientos para optimizar la coherencia en el trabajo. Se pretende con esto documentar todos los procedimientos para identificar con más exactitud posibles áreas de mejora, entre ellos la supervisión de la capacitación del personal y prácticas de trabajo, la higiene en la industria y las condiciones laborales. En general, los cambios se han traducido a una reducción general en el número de cláusulas, alrededor del 25%, de modo que las que se mantienen expresan la idea más importante que se quiere destacar y se debe cumplir.

El proceso de certificación ha quedado fortalecido porque asegura que no solo se cumplen temas identificados en la auditoría, sino que también corrigen la raíz del posible problema y se elabora un plan de acción enfocado a prevenir la recurrencia.

 

 

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